miércoles, 17 de noviembre de 2010

Primera redacción de 3º. Cuento de octubre

Rodrigo salió de la capilla a paso ligero. La lluvia mojaba su túnica marrón como la corteza de un árbol.
Estaba próximo a la verja cuando se encontró con Pablo Fernández
Este le dijo una cosa que le sorprendió muchísimo.
-¡Rodrigo, Rodrigo! ha desaparecido la biblia copiada del convento ¡la habíamos terminado ayer, nos ha costado años!
-No puede ser… ¿no tienes ninguna idea de quien a podido haberla robado?
-No…pero tú eres muy astuto, tú puedes averiguarlo
-Intentaré investigar
Así pues, Rodrigo se recorrió el feudo pero nadie sabía. Hasta preguntó a un caballero, pero nada.
Cuando había perdió la esperanza, llego a su casa y nada más entrar el recinto, se percató de que tenía la puerta abierta, Dentro estaba el cadáver de un hombre deformado que sostenía el libro cubierto de sangre.
Corrió al convento y se lo contó a todo el mundo. Al parecer nadie conocía al chico, que fue enterrado.
Rodrigo, se encerró en la biblioteca donde había una galería y se dio cuenta de que el hombre pintado en el tríptico era el mismo que el que había enterrado hacía unas pocas horas. Corrió a su tumba y estaba vacía.
Pasados unos años la historia siguió allí, y se quedó como un misterio.
Los sucesos se convirtieron en leyenda que fue contada a lo largo de los siglos, hasta nuestros días.
Los cristianos lo cuentan como un milagro en el que el hombre deformado era en realidad San Cristóbal, que se había presentado para salvar la biblia.

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