Se llamaba Darío. Era un hombre de 1’60, muy flaco, con pelo negro canoso y envejecido.
Tendría más o menos 50 años.
Llevaba puesta una camisa azul, rota, de la que no se había desprendido desde los 30 años, y unos pantalones negros manchados de polvo.
Su única compañía eran un perro marrón claro que le había acompañado desde hacía ya 15 años y un gato blanco como la nieve.
Se ponían todos los días , a las tres, a pedir en el metro.
Ganaba unos 20 euros al día, como mucho,pero para él era más que suficiente.
Al caer la noche se iban debajo de un puente, detrás de unos matorrales muy frondosos, de un verde intenso.
Él, no consumía droga, algo raro después de tantos años en las calles, pero si bebía mucho para calentarse y olvidarse del frio.
Un día Darío se situaba en el metro pidiendo limosna cuando unos hombres se le acercaron.
Le preguntaron que si alguna vez había estudiado algo, el dijo que no pero que siempre soñó con ser profesor.
Los señores le contestaron que eso estaba bien.
Asintió con la cabeza a los demás y empezó a decir, con voz alegre que estaba creando una ciudad en el que las personas como el tuvieron una oportunidad de empezar de cero.
Darío se sorprendió mucho y se empezó a reír.
Ellos le miraban muy seriamente.
Después, Darío al ver que no era broma, pregunto que tenía que dar a cambio.
-¿A Cambio? Debes ayudarnos eso es todo, tu buena voluntad hará lo demás… - sonrío un hombre castaño.
-Aprenderás a ser un buen profesor...ya verás
-Creo que soy capaz…Muchas gracias por confiar en mí, de verdad.
Bueno, ya somos mucha gente, cuantos más mejor - Sus ojos, brillaban de forma maliciosa, aunque Darío no se dio cuenta.
El hombre fue llevado en coche al lugar. Era la ciudad más hermosa que había visto... Le recordaba a Italia. A Marsella... una ciudad que había visitado en su juventud y él había dejado una profunda huella
Dos meses más tarde la gran ciudad fue poblada con gente de todo tipo, como Darío.
El vagabundo se preguntó como habían conseguido aquello y cuando dinero tendría que haber hecho falta.
La ciudad tuvo mucho éxito, lejos de cualquier maldad del mundo exterior. Era un gran refugio para todas las personas.
Darío vivió el período más feliz de su vida, y nunca jamás volvió a pasar hambre.
-¿Vuelve a delirar?-pregunto un hombre
-Sí, creo que los fármacos no le sientas muy bien… a lo mejor le hemos dado demasiados en un día - el hombre moreno rio a carcajadas.
-Ya se recuperará. Nadie preguntará por él.
Darío escuchó levemente lo que estaban hablando, y volvió a sumirse en su sueño eterno, en su ciudad perfecta, en la ciudad de los sueños.
Que historia inventada eh :D ese gato no lo acompaño nunca porque yo lo puse ahi igual que el vaso del gato :D La imagen la extrage de un post de una pagina reconocida y como vi al perro tambien quise poner a un gato porque me parecia gracioso. Si no me crees busca Es EL Perro El Mejor Amigo Del Hombre??? por internet y sale la imagen del hombre con el perro solo!!
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